Asimismo, quienes se dieron cita en el escenario, cerca de 2.500 personas, demostraron ser uno de los públicos más fieles a estos artistas, ya que los presentes corearon todas y cada una de las canciones de NTVG. "Estamos los que teníamos que estar" fue el acertado comentario de una fanática del grupo, para dar a entender que se vio menos público, pero a cambio hubo más entrega entre los artista y los fans y viceversa.
Cabe resaltar que Producciones R, responsable del concierto, dispuso de 3.000 entradas y no del aforo total.
El encuentro. Con Hijo de las armas y Sin pena ni gloria, el show se inició a las 21.30, con los nueve músicos sobre el escenario. Lo dicho, los asistentes, mayormente jóvenes y adolescentes, cantaron al unísono las canciones de NTVG, quienes no pudieron menos que "lanzar" tema tras tema.
Destierro, Al vacío, Con el viento y Fuera de control prosiguieron.
"Valió la pena, es un honor estar acá tocando esta noche. A todos los que pedían que viniéramos hicimos un esfuerzo", afirmó el líder de la banda para continuar con El error, Mirarte a los ojos, La única voz, Su sombrero, Verte reír, Tu defecto es el mío y la nueva composición Llueve Tranquilo, del disco El tiempo otra vez avanza.
Otros himnos como Arde, Clara, Ese maldito momento y Chau subieron aún más la emoción en los presentes. La maratónica sesión musical siguió con las melodías de Comodín, Mucho más feliz, Nada para ver, No hay dolor, Te voy a llevar, Cero a la izquierda, A las nueve, No era cierto... y más, hicieron de la velada algo memorable.
"Estamos seguros de que no será la última vez", dijo Brancciari. La nueva promesa queda, lo ofrecido perdura.
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