Los acordes de Sin pensarlo abrieron, a las 22:36, un espectáculo que estuvo cargado de emoción. El artista, que en más de una oportunidad demostró que su simpatía y porte superan con creces los 54 años que lleva encima, aprovechó cada tema para dejar en claro que su show resumiría, en poco más de dos horas, una vida de éxitos.
Con su característica melena al viento y un saco púrpura derritió a sus ‘hermanitas’ cruceñas, que en muchos casos, dejaron a sus maridos en casa con la certeza que esta sería una velada para el recuerdo. Y pese a un inconveniente en el sector de curva, donde el público invadió el sector de general, Solís hizo lo suyo. Tocó temas de Los Bukis, recibió un ramo de flores, interactuó con la gente, hizo un solo de timbales y a punta de carisma levantó al público de sus sillas. Solís compartió la atención del público con su comadre Ana Bárbara, que hizo su aparición a las 00:33 interpretando Venia bendita.
En el Tahuichi solo faltó el tequila... porque calidad, sentimiento y buena música sobró
EN DETALLE
El escenario, imponente
Solís se movió, en un escenario de 30 mts de ancho, escoltado por tres pantallas de LED, dos de las cuales se dañaron.
Acompañamiento de lujo
Los 12 músicos de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Santa Cruz se hicieron sentir en el show.
sigue la gira por Bolivia
El ex-Buki cantará el viernes en la Llajta y el sábado en La Paz.
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