A punta de tortazos. Fueron cinco tortas las que tenía Aoki, en su poder, tres de ellas fueron lanzadas al público y las otras a un par de jovencitas que subieron al escenario. Además el artista dispersó champán a diestra y siniestra; y por último lanzó la colcheneta hacia el mar de espectadores, donde las chicas no dudaban en subir.
Con lleno total. Antes de que el artista suba al escenario, cinco DJs amenizaron el ritmo de la noche con música electrohouse. Una experiencia inolvidable, dijeron algunos asistentes.
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