Luego, un "buenas noches, qué alegría volver a Bolivia”, de Rubén Albarrán (vocalista), abrió el set de los mexicanos Café Tacvba y su electro-rock fusión, quienes mostraron a lo largo de dos horas un compilado de sus canciones de la década de los años 90 cuando la banda coqueteaba con los sonidos del folklore mexicano: Ingrata, Las Flores, Cómo te extraño y las de sus últimos discos, con más experimentación electrónica donde figuran: Cero y Uno, El baile y el salón y Olita del altamar, muy bien recibida por el público paceño por su fusión electrónica con instrumentos andinos.
La noche cerró con la potencia de Molotov y su marca registrada, llena de vocabulario picante, protesta social e irreverencia.
Los tres mexicanos y el "gringo loco” abrieron con Santo Niño de Atocha, canción que no ha sido grabada aún. Continuaron con Amateur y el variado repertorio que vienen cultivando desde el Dónde jugarán las niñas de 1997, que los hizo reconocidos en todo el mundo.
Los mexicanos se despidieron recordando cuando llegaron a La Paz junto a Control Machete.
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