A las 23:00 las miles de personas apostadas en el área verde del campo ferial y sus alrededores (muchas de ellas encaramadas en los árboles, casetas, estructuras metálicas y stands adyacentes) aguardaban impacientes el ingreso del limeño, a la vez que iban apareciendo los primeros casos de desmayos, malestares estomacales y asfixia entre el público, producto de la elevada temperatura y, sobre todo, por los apretujones.
Si en las zonas aledañas al escenario la situación era caótica, mucho más lo era en la parte de adelante, donde los pocos efectivos de la policía militar, con la ayuda de personal de la Fexpo, apenas podían contener la avalancha humana que se agolpaba contra la barrera.
Los niños, que en gran cantidad asistieron al lugar, fueron los que se llevaron la peor parte, ya que, además de sufrir por el bochorno y la presión, decenas se reportaron extraviados. Lo reprochable fue ver a padres de familia con niños pequeños entre el tumulto, incluso algunos con carros de bebé entre semejante ‘bolleo’.
La situación incomodó a Elera, que paró varias veces su actuación para que la gente se calme. Finalmente su show culminó sin que se hubiese suscitado alguna desgracia.
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