miércoles, 7 de septiembre de 2016

La música boliviana se introduce en una red de distribución digital mundial

La distribución de música y contenidos en diferentes plataformas digitales genera, todos los días, ingresos para los artistas y creadores con cada reproducción o descarga. Sin embargo, el panorama en Bolivia dista de esa realidad, muestra de ello es que al reproducir un video en YouTube dentro del territorio nacional no se genera ningún ingreso económico para los artistas.


Dos representantes de la red de distribución The Orchard en Chile, empresa que maneja más del 40% de la música a nivel mundial, se encuentran en Bolivia para trabajar en los contratos que tienen con seis compañías y sellos discográficos nacionales.

El objetivo, según explican, es fortalecer la difusión de la música boliviana en las más de 100 plataformas con las cuales trabajan, entre ellas: Spotify, Amazon Music, iTunes, etc.

"Como plataforma de distribución digital, al ser una de las más grandes del mundo, es muy importante que la música boliviana esté en las tiendas digitales más populares que hay (...).

Tenemos que fortalecer las herramientas que ellos pueden utilizar para la distribución y acercarnos a instituciones como Sobodaycom (Sociedad Boliviana de Autores y Compositores de Música)”, explica el gerente de clientes de The Orchard, Javier Jorquera.

The Orchard es una compañía fundada en 2007 que se encarga de la distribución de música, cine y televisión. Trabaja en 242 países y cuenta con oficinas regionales en 25 países.

La distribución digital es el sistema de reparto de contenido digital a través de Internet, que abarca productos como software, televisión, películas, música y libros.

Al optar por esta vía, un artista puede publicar su obra con un gasto mínimo, o ninguno, con un alcance global. Dependiendo de los acuerdos que establezca con redes de distribución -sellos discográficos o en forma independiente- la reproducción o descarga de su material puede generar ganancias.

En este caso el ingreso se genera cuando alguien reproduce canciones de principio a fin. La compañía, el sello o productora discográfica y el artista se quedan con el 70% y The Orchard con el 30%, según datos de la compañía.

Si una persona, por ejemplo, se suscribe en forma mensual a Spotify, pagando seis dólares (alrededor de 42 bolivianos), puede escuchar de manera ilimitada la música que existe en esa plataforma, sin escuchar publicidad. Se estima que el 30% de 100 millones de personas paga una suscripción.

Bolivia en los oídos del mundo

The Orchard no trabaja directamente con artistas, sino con empresas o sellos discográficos. Debido a que alrededor del 90% de la música en Bolivia actualmente es de producción independiente, estos artistas pueden licenciar su material a los sellos discográficos para acceder a la distribución.

"Bolivia tiene uno de los patrimonios culturales más grandes de Sudamérica y el mundo (...) y nuestra labor es potenciar lo que se está haciendo en la región”, añade Jorquera.

Para su par, Héctor Meneses estar en la red de distribución implica que cada artista contará con una serie de estrategias de mercadeo. "Estamos interesados en que el artista tenga, por ejemplo, un canal de YouTube, conozca e innove en sus videos para que puedan fortalecer la monetización del material”.

La empresa Cantus Producciones Musicales, de propiedad de Gustavo Navarre, es una de las seis compañías que firmó contrato con The Orchard. "Hoy el artista tiene control de lo que pasa con su material y un ingreso por ser escuchado en cualquier país del mundo, algo que no estaba sucediendo. Es un buen paso”, dice.

YouTube y generar ingresos

The Orchard ha facilitado el acercamiento de Sobodaycom con YouTube para que los contenidos reproducidos en esta plataforma dentro del país generen ingresos.

"Hoy en día si se reproduce dos millones de veces el video de un artista boliviano dentro del país, este no gana dinero; pero si es visto en Argentina lo hace. Por ello, es importante que se establezca un acuerdo entre Sobodaycom y YouTube y que se genere ingresos”, explica Meneses.

Entre las principales críticas que los artistas en el mundo han hecho respecto a la difusión de su material en diferentes plataformas es que obtienen pocas ganancias. Sin embargo, para Navarre, como para los representantes de The Orchard que se encuentran en Bolivia, es importante que las personas se enteren que existe esta alternativa y que es una ventana mundial.

El desafío de estar en un mercado digital mundial es que los artistas bolivianos deben trabajar en su imagen, calidad de material, derechos de autor, entre otros, según manifiestan.
"Tenemos toda la capacidad para lograr que el trabajo musical se conozca en el mundo”, concluye Navarre, que ha incorporado hasta el momento 64 discos bolivianos a The Orchard.

Información

Requisitos Para que un artista pueda distribuir su material en The Orchard debe: Contar con la propiedad de producción de las grabaciones, tener debidamente anotados los autores de cada obra para declarar sus derechos, no tener ningún contrato previo para distribución digital (no incluye soportes físicos: CD, Discos, etc.).
En la Web Para saber más sobre la red de distribución se puede ingresar a: www.theorchard.com.

Punto de vista
Gigio Díaz

Productor Musical

"En la actualidad, para que un artista boliviano pueda monetizar en YouTube, necesita un patrocinador en, por ejemplo, Estados Unidos y hacerlo a través de él. Yo no lo hago porque no tengo a alguien de confianza en ese país (...). En el caso de bandas bolivianas el flujo de vistas no significa nada, monetariamente hablando. Nos estamos perdiendo una cantidad alucinante de plata”.

"En términos de distribución hay varios servicios y tú recibes regalías que son mínimas porque el flujo, nuestras ‘vistas’, o reproducciones, no son masivas”.

"Al carecer de una industria musical en Bolivia hacemos todo en forma artesanal, ya sea nuestro material físico como digital, no es sorpresivo que todos hayan decidido hacer esto a ‘ojo de buen cubero’ (...). El reflejo de esto está en que en las redes o el Internet no hay una gran articulación de artistas bolivianos, lo que va en desmedro de la producción en general”.

"Lo que el mercado estadounidense hace en forma muy acertada en las plataformas es etiquetar -por ejemplo: folk, pop, rock- y tener una base de datos interesante que sugiere, al que escucha, una serie de artistas por géneros y les funciona. En Bolivia esto está muy disperso”.

"Me parece que si The Orchard quiere hacer este trabajo está bien y es importante. No sé si sea lo ideal, pero como carecemos de una industria musical hace falta ayuda de afuera con más experiencia y con canales de distribución que sean competitivos en el mundo”.

"Más allá del dinero, creo que se trata de formalizar la producción en general para que dejemos ese espacio en el que somos artesanos de nuestra música y subamos un escalón para profesionalizarnos, en el sentido comercial, aunque el beneficio económico sea mínimo”.

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