lunes, 9 de marzo de 2015

Efecto Mandarina muestra solvencia con ‘Ningún vals’



El más reciente trabajo del cuarteto jazzero Efecto Mandarina encuentra en total forma musical a cada uno de sus integrantes. El derroche de solvencia es evidente en varios pasajes a lo largo de las ocho canciones que conforman este recomendable trabajo titulado Ningún vals.

A diferencia de anteriores álbumes, en esta ocasión la banda presenta canciones de su autoría exclusivamente, decisión que repercute en la posibilidad de construir un discurso musical conciso que durante 33 minutos nos deja en claro que Efecto Mandarina eleva la barra en cada trabajo que publica.

La amalgama de todos los talentos que conforman esta banda deriva en arreglos que poseen un inconfundible toque que a estas alturas ya se ha convertido en el sello de Efecto Mandarina. Un siempre correcto Diego Ballón conduce desde el teclado melodías con bastante frescura y solvencia. La base rítmica a cargo del bajo preciso de Bladimir Morales transita con soltura y sin contratiempos por las diversas facetas rítmicas en compañía de Eddy Chuquimia, un talentoso baterista que sabe administrar sus recursos para sacarlos a relucir en el momento preciso. La versatilidad de la voz de Verónica Pérez destaca en cada uno de los temas brindando el color y atmósfera necesarios para sacar a flote sentimientos, humores y atmósferas.

El disco abre con Ódiame, tema contrapunteado que establece el primer acercamiento y abre camino a Libre, un vaivén apoyado en un interesante backbeat que da paso a la intensidad de Te voy a buscar, tema ágil que sirve de cúspide para una primera dinámica dentro del conjunto. A continuación Tiempo marca un nuevo humor más bien taciturno cuya posta es recogida por Bored and sad, tema en inglés que coquetea con una base blusera para resolver hacia el jazz con un exquisito solo de batería preparando la llegada de Ningún vals y su rítmica evocativamente clásica que ocasionalmente evoluciona a tango y algo más a través de ingeniosos arreglos y transiciones. Escape nos remite a un tercer acto en este trabajo presentando una construcción atmosférica elegante que culmina con el último tema En la piel, pieza que resume todo lo escuchado en el disco en tanto tiene muy buen gusto arreglístico, excelente dinámica y mucho de esa sensibilidad por la estructura de la canción popular que hace de Efecto Mandarina una banda atípica en el jazz boliviano y porque no, mundial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario