lunes, 17 de noviembre de 2014

Ave María, ¡qué conciertazo el de Bisbal!

Fue un encanto. Vestido con un traje negro bien entallado y camisa blanca, sus rizos dorados al aire y ese acento tan romántico con el que se le escuchaba decir qué bello canta Tarija o te amo Bolivia, David Bisbal comenzó una nueva conquista española casi a la medianoche del sábado, en el predio ferial San Jacinto de la capital chapaca. Fueron 22 canciones, en casi dos horas en las que demostró que los europeos sí saben mover las caderas y ser más que simpáticos.

Aproximadamente 15.000 personas asistieron a la noche 'hispana', como la denominó el grupo boliviano Uno + Uno, que ‘teloneó’ al invitado especial y lo hizo con un alto nivel, versionando Amiga mía, de Alejandro Sanz, Volare de los Gipsy Kings y 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, entre otros temas, con sonidos que acompañaron dos bailarinas de flamenco.

La noche de Bisbal

El invitado se hizo esperar, pues apareció casi una hora después de su antecesor, pero los rostros durante el concierto y los cientos de teléfonos celulares que siguieron cada uno de sus meneos y los besos y abrazos que envió por doquier, demostraron que valió la pena.

Abrió la noche con Tú y yo, tema que le presta el nombre a la gira, y siguió con Ave María; con ambos enganchó de entrada a sus fanáticos.
Siguió 24 horas, Sí pero no, Hombre de tu vida y Silencio, que muchos chapacos corearon sin distinción de edad ni de sexo; luego siguieron temas como Quién me iba a decir, Amar es lo que quiero y Hombre de tu vida.

El español también presentó la balada más jovencita, Culpable, y la más viejecilla, Dígale, que la dedicó a los medios de comunicación que lo recibieron a su arribo al país.
Una gran pantalla led proyectó una historia de amor entre Bisbal y una fan que entra al camerino y sirve como hilo conductor del concierto. Las luces, los grandes músicos que lo acompañaron, dos de ellos exinstrumentistas de Alejandro Sanz, y un piano de cola, reforzaron un sonido impecable.

Todo esto fue lo que se vivió desde una 'fortaleza' de 22 metros de ancho, armada por Sonilum y que nuevamente dejó orgullosos a los tarijeños que en años anteriores vieron en vivo a Franco de Vita, Marco Antonio Soliz o Alejandro Lerner en la ExpoSur.
Y su salida fue triunfal, Bisbal recibió una bandera de Tarija, la ondeó, se la puso en el cuello y la besó, así como besó el suelo boliviano, de rodillas.

Luego de que el rubio se retiró del escenario de manera tan emotiva, al ritmo de Diez mil maneras, los organizadores le regalaron un par de minutos de fuegos artificiales y así dieron por clausurada la muestra ferial de la noche del sábado

Alta nota para la ExpoSur, que pese a las lluvias y a algunos imprevistos, compensó al público con La Trevi y con Bisbal. A esperar la versión 2015

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