lunes, 22 de julio de 2013

Un león suelto “Vivo este momento con todos los honores” el cantautor argentino desembarcó en Bolivia

Su verdadero nombre es Raúl, pero todos lo conocen por León, es que una vez en Cañada Rosquín, su pueblo natal, hizo una mala conexión con los equipos de música y provocó el apagón general de la población, desde ese momento el apodo quedó sellado con fuego: León, el rey de los animales.

La última vez que vino a Bolivia cantó en Sucre para el Festival de la Cultura, pero la primera vez fue en Santa Cruz de la Sierra hace casi medio siglo. Gieco y el tiempo, curiosa analogía del eterno retorno. Sin querer también, y por la obligación de cumplir un contrato con la compañía reunió lo mejor de su repertorio y nació 7 años, su quinto disco, el más vendido de su historia. Este joven soñador e inconformista fue becado por el Rotary Club en la década de los 60. Con un puñado de sueños y su guitarra de palo cruzó las fronteras de su país.

¿Fue tu primer concierto internacional Santa Cruz de la Sierra?

No solo eso, tenía que preparar algo para dar una charla, como hice tres días de tren, desde Santa Fe hasta Pocitos, preparé con un libro de geografía argentina fotos de cada una de las provincias y como sabía canciones de diferentes zonas, mostraba fotos de Entre Ríos y cantaba una chamarrita, hablaba de Corrientes y cantaba un chamamé, hablaba de Santa Fe y tocaba una ranchera, y entonces hice como una especie de show, así que el doctor Aguilera, que era el presidente del Rotary Club de acá, me convenció para que lo repitiera por casi todo Bolivia, y así fue que viajé por La Paz, Cochabamba, Oruro, etc. Un ensayo de lo que fue mi trabajo De Ushuaia a La Quiaca, en realidad.
Ahora León se saca las gafas negras del viaje y revela el cansancio de sus ojos claros, pero basta una pregunta para disparar una respuesta entusiasta. Gesticula, se mueve y reafirma cada verbo o predicado con un pequeño golpe de sus dedos en la mesa. Viste de negro, lleva puesto un emblema solidario en cada gesto. Intransigente y contestatario, no caduca en la autocrítica y se presenta -con ironía- como cantor de protesta.

¿Es más importante la música en sí o la reivindicación social?
Las dos cosas. En mi caso una no se desprende de la otra, pero la música es muy importante, la música tiene que ser hermosa, lo mejor posible. Las palabras tienen que coordinar con la canción y esta tiene que tener una instrumentación que emocione. Busco toda esa parte artística sobre una letra contestataria.

Con el paso del tiempo muchos autores se ponen más suaves, más livianos; sin embargo, tus letras son más agudas y tu música más pesada.
Sí, es mi temática y más agudo me voy a poner de aquí en más. Uno cree en un montón de cosas, pero cuando llegás a cierta edad y ves que no se corrigieron, como decía Facundo Cabral, que el hombre no aprende jamás, bueno entonces te ponés peor, las canciones son cada vez más acentuadas. Este último disco, por ejemplo El desembarco, es un disco muy poco pasado por la radio en Argentina, pero se vendieron casi 50.000, una buena cantidad.

En ese disco tenés un tema de los mineros bolivianos, ¿cómo surge esa canción?
El cineasta Tristán Bauer me propuso hacer una canción para su película del Che Guevara. Empecé a leer ciertas cosas del Che que me faltaban leer, y en uno que se llama algo así como Latinoamérica, vi una poesía de él. Pero me fui demorando. Tenía que cuadrar la letra, le había puesto música y no me convencía, y se la di a mi tecladista (Luis Gurevich), al día siguiente me la trajo. No creí que él estuviera tan apurado y cuando llegué (con la canción hecha) él había terminado la película. Le dije, ¿por quiénes nos cambiaste? Por Alfredo Zitarroza, bueno entonces está todo bien… (risas). Igual se la pasé y me dijo que se había emocionado al escucharla. Es una canción muy bella.

¿Es cierto que solo cobrás tres conciertos mensuales y lo demás los hacés de forma solidaria?
Estoy haciendo muchos trabajos solidarios, para mí eso es bastante especial. Trato de donar instrumentos a distintas escuelas de música que no puedan comprarlos, apoyo a grupos de mujeres que trabajan por la lucha de la mujer, en realidad me doy cuenta de que los trabajos que son para otra gente, en este momento es lo que más me place, me llena totalmente.
La gente es muy agradecida, no tenés que competir en formar un gran concierto, sino ir y tocar. Y en Argentina tenemos focos de lucha para divertirnos. Ahí estoy yo siempre, hago lo que puedo, la última que me llamaron fue la de Callejeros, al que no pude ni siquiera mandarle el video, pero yo pido libertad para Callejeros, pienso que ellos no son culpables (tragedia ocurrida el 30 de diciembre de 2004 en un boliche llamado República de Cromañón, donde murieron 194 personas a causa de un incendio provocado por una bengala).

Este abuelo de dos nietas sigue componiendo a los 62 años, a pesar de los no pocos pedidos de participar en conciertos que recibe por mes. Productor de nuevos valores como Abel Pinto,
Rally Barrionuevo, entre otros. Colabora con grupos desconocidos, realiza giras y da conciertos en su país y en el exterior. No detiene su marcha.
Me invitan a grabar todos los grupos, grandes, chicos, de rock, de folclore, escuelas de música en las villas, orquestas, soy muy requerido, pero hago lo que puedo. Generalmente reúno todo ese material y saco varios discos, digamos eventos especiales (además del proyecto multiformato de Mundo Alas). Con el grupo de rock Demente, por ejemplo, hicimos temas míos con un sonido heavy metal y me pareció muy interesante, terminamos siendo el soporte de Metallica en su concierto. Todo esto mientras compongo poco a poco y cada cinco años grabo un disco nuevo.

Siempre estoy escribiendo y anotando en algún lado, lo reconstruyo, lo voy agrandando. Ahora estoy haciendo una poesía para Guatemala, me traje el material acá para trabajarlo. Dice:
“Para qué hablar de corrupción, de genocidios, de asesinatos, de violaciones de todo tipo de cosas si con solo dos palabras, Rogelia y Guatemala, ya te merecés 80 años de prisión”. Están viendo si le dan la prisión a (Efraín) Ríos Montt. Rogelia Cruz Martínez (1940-1968) era la candidata a reina Miss Mundo en EEUU, que salió segunda y regresó a su país, la engancharon estos monstruos y apareció golpeada, violada y descuartizada. Me parece que, como dijo el papa Francisco recientemente, la despreocupación globalizada de la inmigración está en veremos y fue a rendir un homenaje a los 20.000 inmigrantes del Congo que murieron cuando quisieron cruzar Italia. Hay una despreocupación total por eso. La gente no se va de su país porque quiere, es porque se muere de hambre. La gente de Guatemala y de Honduras intenta irse a EEUU y tiene que pasar por un monstruo primero, que es México. De los 400 que salen llegan dos a EEUU. Si es que llegan, todo eso es inmanejable porque no hay voluntad política para manejarlo.

Jaime Torres viene siempre a Bolivia a ver sus orígenes, en tu caso, ¿sentís que tus orígenes están en Cañada Rosquín o en otros lados?

Cuando saqué mis primeros discos un tipo que llegó de Italia me dijo: “Tus canciones son muy parecidas a las canciones de Italia”, y me mostró canciones parecidas a Solo le pido a Dios, y un montón de otras canciones. También el rock es muy parecido al rock spaghetti, tenemos influencias o no de la patria italiana. Con Charly (García) escuchábamos a Premiata Forneria
Marconi, un grupo de rock que se fue al bombo (quebró) cuando el productor de Yes los convenció para que cantaran en inglés.

¿Es cierto que siempre llevás tres estampitas donde vas a tocar? (una de Osvaldo Pugliese, otra de Sixto Palavecino y otra de Leonor Marzano), ¿es por cábala?
Generalmente, sí. Estoy a favor de los antimufa, pero en contra de los que dicen que son mufas. Me cuesta mucho que se catalogue a la gente que trae mala suerte, me parece un desastre. Sí incentivo la buena onda y la buena suerte que tienen algunos personajes que se lo han ganado por ser personajes históricos como Pugliese, como Sixto Palavecino, para mí es una especie de sabio con contacto con el cosmos. Y Leonor, una de las primeras mujeres en hacer música en un grupo que se llamó el cuarteto Leo.
He tocado con Pugliese, con Sixto Palavecino y con Leonor, vengo bendecido por esa clase de gente.

¿Qué significa para vos Mercedes Sosa?
Mercedes Sosa es la figura y la voz de Latinoamérica, pero digo también para que lo entienda el joven, es nuestra Mick Jagger, nuestra Paul McCartney.
He visto tocar en estadios a Mercedes, en Alemania, y haber sido contratada por la misma gente que contrata a los Rolling Stones.

¿Gustavo Santaolalla?
Es mi salvador, él me salvó muchas veces, me salvó una vez de grabar canciones de los Bee Gees en castellano, me salvó cuando yo no tenía nada compuesto y tenía que grabar un disco y salió Pensar en nada, él me ayudó mucho. Y me ayudó en el 85 a hacer De Ushuaia a La Quiaca donde el presidente de la compañía Music Hall me decía que estaba loco. Te conseguí alguien que va a enderezar este proyecto, me dijo y me trajo a Gustavo, él me comentó “esto es genial, pero no hay que grabarlo en Buenos Aires, hay que grabarlo donde ellos viven”, era perfecto. Y Santaolalla fue mi amigo del alma, como un hermano, nos conocemos desde que tenemos 19 años, desde que llegué a Buenos Aires.

¿Atahualpa Yupanqui?
Los países tienen esos personajes que te completan un país, por ejemplo Violeta Parra, Víctor Jara, son como el eje de la música en Chile, Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui y Piazzolla son el eje de la música argentina. Para mí es un gran maestro, tuve la suerte de verlo, de hablar con él y es un maestro, además lo que escribía y tocaba, tiene en su poesía un silencio como cuando el viento está en la montaña.

¿Néstor Kirchner?
Fue un revolucionario en la política con todos sus defectos, revolucionario en la parte económica y en la parte de derechos humanos. El trabajo que se hizo en Argentina en derechos humanos es único en el mundo. Cuando contemos con algún genocidio en el mundo van a tener que recurrir a las leyes argentinas. El trabajo que se hizo en derechos humanos en Argentina es mucho más importante que el que se hizo en Alemania, en el juicio de Núremberg.

¿Evo Morales?
Así como Mercedes Sosa es la voz y la cara de Latinoamérica, en lo político es eso, que tiene Mercedes Sosa. Para nosotros, la reivindicación del nativo es muy importante. Y es el único que pudo contradecir de alguna forma la canción Cinco siglos igual.

¿Solo le pido a Dios nació en el exilio?
Sí. Nació en el exilio.

¿Tu exilio arrancó en Bolivia?
Fueron dos exilios. Yo no estaba marcado en los aeropuertos, porque no militaba en ningún partido político, yo solo jodía con la canción nada más, solo estaba prohibido en la radio y la televisión. Después del primer exilio regreso a Argentina, ya venía con Solo le pido a Dios preparada, la termino, grabo el cuarto disco y me vuelvo a ir porque empezaron las primeras amenazas de muerte. Fue como un exilio más largo. Hice Bolivia, Colombia, Venezuela, Costa Rica, México y termino en Los Ángeles, pero después me voy a España, Italia, Londres y vuelvo a EEUU y regreso en el año ochenta y pico a Argentina después de dos años.

Al regresar, ¿tuviste problemas?

Tuve otros problemas, además seguía vetado, pero no volvieron a amenazarme. Trabajaba en el interior de Argentina, no en Buenos Aires. Logré hacer un montón de conciertos organizados por los quintos años de los colegios secundarios (promociones), esa fue mi salvada. Ellos bregaban por el advenimiento de la democracia. Y veían en mí alguien que no había claudicado. Al regresar del exilio la gente cantaba Solo le pido a Dios en las calles incitando a que se fueran los militares, de todos modos tenía miedo y estuve preso otra vez porque visité unas presas en
Paraná y después fui a tocar en beneficio de los maestros de la universidad de Luján, por el cual acaban de darme el Honoris causa de la Universidad de Entre Ríos y el Honoris causa de la Universidad de Luján. En esa época yo me jugué por ellos y por eso fui citado al primer cuerpo de Ejército, donde el general Montes sacó un arma y casi me mata, me dijo que la próxima vez me mataba.

Eso fue en 1981...
Después, en el 1982, viene Mercedes Sosa a tocar después de su exilio de siete años, creímos en la democracia cuando vino Mercedes a tocar, no creíamos ni a los militares ni a los políticos porque los primeros habían hecho un genocidio, eran unos falsos y los políticos no tenían ningún poder. A los seis meses estalla la guerra de Malvinas y Solo le pido a Dios se convierte en el himno de la guerra, porque toda la gente cree que la compuse para Malvinas y no, la compuse en el 78 con la posibilidad de guerra entre Chile y Argentina por el canal del Beagle.

Viendo hoy el escenario político en Latinoamérica, ¿crees un poco más en los políticos y en la política?

Me cuesta un poco enfrentar la corrupción generalizada que hay en Argentina, porque el argentino es corrupto, desde un político hasta un vendedor de caramelos. Hay un problema con la corrupción. Pero considero que tenemos que aprovechar este momento que es muy progresista en Latinoamérica, en especial en Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador, Venezuela. No sé qué puede pasar después de esto, es muy impredecible Latinoamérica, la han golpeado muchísimo y por mucho tiempo. Además sabemos que el poder siempre es el poder, y si de última no estás en el poder, tenés poder con las armas, ahí está el problema, el peligro. Pero mientras tanto hay que vivir y este momento lo vivo con todos los honores

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