lunes, 22 de julio de 2013

Don Omar deja una veta abierta en Santa Cruz

El cantante envolvió a los bolivianos con su reguetón y dejó bien claro por qué es el rey de reyes. A pesar de que el show duró solo 75 minutos, hizo brincar y bailar a las más de 20.000 almas con sus grandes éxitos, como Dile, Dale don dale, Pobre diabla, Danza kuduro y Llorando se fue

Cristian Massud Lozada - cmassud@eldeber.com.bo

Una hora y quince minutos les duró la rebelión a los ‘patrulleros’ bolivianos, como los denominó Don Omar, la noche del sábado en el concierto del cantante puertorriqueño, que hizo temblar las graderías del estadio Tahuichi Aguilera.

Quizá la bulla constante de los fanáticos y el sonido estridente espantó a los chubascos e hizo de la noche mágica tanto para ellos como para el artista, que recién se dejó iluminar por las luces, a las 23:20, con Dale don dale. “Soy de esas personas que les gusta que mis amigos estén unidos. Si los de esos lados se juntan, con mucho gusto voy a esperar (que lo hagan)”, les dijo a los que se ubicaron en las curvas. Pero, lo que él no sabía es que estos no podían pasarse al sector general porque no cancelaron Bs 160 por este.

Entrega total

Don Omar no bajó la guardia. Envió besos, agradeció y por ratos hasta bailó, ya que goza de unos kilitos menos. Jamás se detuvo. Sus alocados seguidores no lo abandonaron y respondieron cada vez que él les entregó el micrófono. Así, ‘desfilaron’ más canciones, como Dile y Pobre diabla.

Terminó de entonar Hooka y Good looking e insistió en que ‘sus amigos’ dejen las curvas. Fue recién ahí que los encargados abrieron las rejas para que la gente se pase a general, sin embargo algunos desafiaron las mallas y pasaron por encima de estas. Quizá la ubicación de los sectores y hasta del escenario no fue el adecuado para el show.

La adrenalina se elevó aún más cuando Don Omar interpretó Dutty love con Natti Natasha, seguido de un enganchado con Syko el terror, que se brindó en seguir ‘sacudiendo’ a los bolivianos.

En medio de la trifulca hubo una conexión espiritual cuando el ‘señor de la noche’ se refirió a un versículo bíblico, haciendo recordar a muchos su paso por la Iglesia. Siguió ‘desenchufando’ a todos con Hasta abajo y fue con Danza kuduro, que comenzaron a elevarse al cielo los juegos artificiales, mientras que la ‘lluvia’ de papelitos se prendía en los rostros de las más de 20.000 personas, que pedían que no desaparezca.

Casi al final llegó Llorando se fue, ese tema que lo enfrentó al grupo Kjarkas, por haberla copiado, seguido de Ella no sigue modas. Eran las 00:35. El final de una fantasía que no tuvo Angelito, pero sí mucha energía


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