lunes, 29 de octubre de 2012

KARLOZ DE LA TORRE PRESENTA «DISPARO CONTRA EL MIEDO»

OH!: ¿Hace cuánto que vienes esperando por este disco?

El primer garabato de canción que hice es del 95. La primera canción entre las que al final han llegado al disco es del 2003 o del 2004.

La última canción, “Volver a casa”, se terminó de componer día antes de grabarse; pero hay otras como “Río” y “Todas esas chicas” que son de antes...que han ido dando vueltas por ahí.

OH!: Y si el proceso ha sido tan largo, ¿cómo has sabido que ya estaba listo?

No he sabido. Quería hacerlo y ya era hora, si no, no se hacía nunca. Por cojones, debería haberse hecho antes. A mí me late que las canciones ya estaban listas desde mucho antes; lo que se ha cuadrado en el tiempo y que antes no se podría haber dado —y por eso ha valido la pena— son las demás cosas: encontrar a la gente, encontrar a Juan Ernesto (productor del disco) con tiempo libre, encontrar el estudio… todas ésas cosas.

OH!: ¿Y también se ha cuadrado algo en tu vida?

Ya habían llegado los bichos (sus hijos), ya estábamos viviendo aquí... He tardado, he tardado yo en decirme que ya era hora. Antes también se hubiese podido hacer, otro disco, con las mismas canciones, pero con otro sonido, con otros arreglos, pero ya hubiese salido. Me queda la duda, va a quedarme toda la vida, ¿por qué carajos no lo hice antes?

OH!: Pero bueno, está hecho. ¿Qué opinas del resultado?

Es una cosa loca, pero yo ya he perdido objetividad. Que en el futuro voy a poder hacer más y mejores canciones y mejores discos, tengo toda la fe puesta en eso; pero hoy por hoy, con lo que teníamos, como lo hemos hecho, me parece que es el mejor disparo que pudimos.

OH!: O sea, ¿ha habido un disparo, han matado a alguien?

Hemos matado a mucha gente, (ríe), a muchas cosas... al miedo, para empezar. Bueno, no, mentira: lo hemos herido mortalmente, aunque siga ahí.

OH!: Hablando ahora del disco, pero sin salir de la línea íntima, ¿podemos preguntarte cómo lo describes?

No deja de ser difícil; es como preguntarme cómo describo a mi hijo. Lo defiendo con el alma, creo de verdad que está bien, que la música está bien, que las letras están bien, que los instrumentos están bien tocados. Siempre voy a preguntarme si yo podría haber cantado mejor, eso sí.

OH!: ¿Qué le dirías a alguien que está entre comprar el tuyo u otro disco?

Le diría que lo escuche, que lo escuche un par de veces, con audífonos, y que crea. Yo no sé cómo... pero cada persona absorbe un disco de manera distinta, no? Pero yo creo que está bien defender el mío.

OH!: Ahora, unas preguntas inevitables en Bolivia: ¿Algo de este disco se puede inscribir en la música de autor boliviana? ¿Cuánto de disco boliviano tiene este primer trabajo tuyo?

Es boliviano porque lo compone un boliviano, después ya los bordes se hacen difíciles. No hay charangos, no hay cuecas; pero creo que eso no es obligatorio...

OH!: Sí, pero aun sin charangos está la tradición del rock boliviano. ¿Quizá ahí? ¿De dónde ha bebido este disco?

Es cierto, ha bebido mucho rock, o música boliviana. Indudablemente de El Grillo (Llegas) y de El Papirri (Manuel Monrroy Chazarreta); pero también es indudable que ha bebido muchísimo de la música argentina, desde los tanguitos hasta Fito, Charly, Spinetta y Calamaro; del rock inglés tiene... tiene acordes robados de todos. Las primeras canciones que escribí y espero no publicar nunca sí parecían “copy-paste”, tanto en letra como en música. Y después ya cada vez fui rebuscando menos entre acordes de otros. Una forma de composición propia ya voy teniendo; pero bueno, si tenemos que remontarlos: le he robado a Fito, que le había robado a Charly, que le había robado a Spinetta, que les había robado a los Beatles… y así todos llegamos hasta Bach, creo, que fue el que formalizó la cosa, el alemán loco, ¿no?

OH!: En la letra —que quizá sea junto a tu piano el instrumento que mejor tocas—, también has confesado con alegría que se habían metido las frases de algunos… ¿A quiénes se puede encontrar si buscamos? Una vez dijiste que había alguito de Bukowski.

Uh, claro. En cierta parte del Hollywood Bukowsky dice: “Aj, todas esas chicas del infierno/ Todas esas chicas, en el infierno conmigo” que fue a parar directamente al estribillo de la canción (“Todas esas chicas”, track 11 de Volver a casa).

En “Piano en llamas” (track 9, http://www.youtube.com/watch? v=ZQHuwOotkVY) cada estrofita se parece a esos aforismos que hace Cioran. En esa época estaba leyendo Ese maldito yo y ahí Cioran tiene uno clavado: “Todo el mundo me exaspera. Pero me gusta reír.

Y no puedo reír solo.” También lo robé completamente. También hay otro de Cioran. No era un buen día, no era una buena época y me acuerdo que leí: “Podemos imaginarlo todo, predecirlo todo, salvo hasta dónde podemos hundirnos.” Luego salí a comprar pan asegurando que no quería cruzar una calle y el siguiente pensamiento que tuve era para darme cuenta que ya estaba cruzándola. En veinte minutos me salió la primera versión de “Calles”, con letra enterita y música de las estrofas, por lo menos.

OH!: Y sin ánimo de meter publicidad gratis, también creo que para “Estas flores” (track 5) te ayudó haber escuchado a la gente de ese documental, casi haber hecho una investigación...

Ahí me ayudó un texto de (Francisco) Cajías(+). ¿Cómo se llamaba? “Delfín del mundo” (Premio Franz Tamayo, 2000). A parte de que el texto era hermoso, yo identificaba su escritura como muy nuestra. Y como yo no quería hacer una estrofa en un quechua que no conozco, sentí su forma de hablar —“No sé dónde me estaré quedando” (ríe), con todos los gerundios— como mía. Así no tuve que fingir. Y, por último, esa escena que vi en el documental, la de don Diógenes (el protagonista) ahí calladito, solo viendo las flores de sus duraznos. Claro, tal vez las flores ya lo estaban esperando aunque él no lo sabía, y “todo crece cuando no miramos”.

OH!: Bueno, vemos que la wawita —el disco— es muy plural, pero es sobre todo tuya. ¿Ahora qué vas a hacer? ¿Cuál es la agenda? ¿Dónde puede seguirte el paso alguien que te está leyendo?

En cada paso me apoya gente impresionante, pero ando en la auto-gestión completa. La mejor idea sería, creo, seguir al disco en la página del Facebook, porque ahí les voy a ir contando los pasos que ahora no me sé (ríe). Apenas tenga la certeza voy a decir en qué puestos se vende. Me hacen preguntas desde Tarija y Santa Cruz; tengo que ver esto del I-tunes para la gente que está fuera. De ahí, claro, la idea es tocar y tocar. Tenemos una banda que está espectacular.

La entrevista se hizo en el auto, antes del almuerzo, mientras íbamos a recoger a sus hijos de casa de sus suegros y del kínder.

La completamos luego, por teléfono, mientras él iba a dar sus clases en la universidad.

Este ingeniero matemático de 30 años y pico que además trabaja como gerente de programación de un cine, también ha terminado su primer disco, con 14 canciones propias.

Volver a casa se presentó ayer en “La Muela del Diablo”. El sencillo “Piano en llamas”, dirigido por Martín Boulocq, supera las dos mil visita tras pocos días en Youtube y ha alcanzado el número uno en “Bolivian Town”.

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