lunes, 13 de agosto de 2012

La propuesta de Jazz.Du.It



Grande fue la sorpresa y grata la experiencia de asistir al concierto de Jazz.Du.It, un sexteto de jóvenes músicos de entre 16 y 18 años que desplegaron su talento tanto en la ejecución (piano, bajo, guitarra acústica y eléctrica, batería y percusión) como en la concepción de su obra: Impresiones póstumas de Johnny Clúster, mostrando un alto nivel profesional, seriedad en su trabajo y creatividad.

Jazz.Du.It dio un concierto el 3 de agosto en el teatro del colegio Franco Boliviano para presentar su disco, una suerte de fusión del jazz con folklore boliviano. Este proyecto artístico tiene apenas un año de vida. Jazz.Du.It fue creado por Andrés Vargas Serpa (18), compositor y percusionista, que concluyó sus estudios en la Escuela Contemporánea de Músicas dirigida por Roberto Borda, y el pianista José Navarro Silberstein (17), formado por maestras como Janinna La Placa, Lita Haus e Irina Efanova, y quien desde temprana edad mostró su talento participando en concursos internacionales y presentaciones dentro y fuera del país.

La existencia del grupo es “un sueño que surgió cuando teníamos 11 años”, confiesa Andrés al recordar que junto a José fueron gestando la idea de conformar un grupo y plasmar sus propias creaciones, que hoy son una realidad, así como la carrera de producción musical y composición que Andrés emprenderá en pocos días.

A este “sueño” se han sumado otros jóvenes músicos como Sergio Gallardo Palma (16) que ya acumula premios nacionales como internacionales en varios concursos de guitarra clásica; Carlos Ríos (17) guitarra eléctrica, charango y melódica; Enrique Poppe (19) batería, y Diego Ponce (16) bajo eléctrico. Éstos últimos mostraron en el escenario sus destrezas y se lucieron en sus interpretaciones de los solos de cada uno de los instrumentos. En el concierto de Jazz.Du.it también participaron como invitados, Canela Palacios y Dante Domínguez (voz).

Impresiones póstumas de Johnny Clúster, cuyo argumento es una suerte de retorno al pasado, deleitó al público por sus novedosas sonoridades y la calidad de las interpretaciones. Según Andrés, la obra recupera lo olvidado en “nuestra cultura, en el folklore y en la tradición oral y escrita”.

Explica que Jhonny Clúster es el nombre que le pusieron en alusión “a un espíritu olvidado que ha decidido ser despertado. Y por medio de nosotros, los músicos, la conciencia de lo pasado se vuelve presencia en el sonido. Así, en el disco, intentamos recapturar memorias pasadas de nuestro pueblo, memorias e impresiones, estampas e imágenes, que no existen más que en el inconsciente colectivo”.

Y sobre el uso del concepto de “clúster” explica que “es un acorde disonante inespecífico e improvisado que consta de más de ocho notas al azar”. Y es quizá este concepto elegido, no al azar, el que mejor se presta para reflejar el sentido de libertad de la búsqueda emprendida por estos jóvenes músicos.

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