viernes, 31 de agosto de 2012

Drexler anuncia un show audiovisual y experimental

“Conozco muy poco de la cultura boliviana y espero que este viaje sea para mí una entrada en contacto. Siempre que voy a nuevos lugares trato ante todo de nutrirme de su cultura”, comenta Jorge Drexler respecto a su próxima llegada -la primera- al país.

Para la crítica musical latinoamericana Drexler es uno de los más talentosos, creativos y originales músicos hispanohablantes de su generación -intermedia entre los icónicos Joaquín Sabina, Silvio Rodríguez' y los cantautores menores de 30 años.

Sus logros -Premio Oscar por la canción Al otro lado del río, del filme Diarios en motocicleta- y el éxito entre el público (taquillas volteadas allá donde va) van a tono con esta percepción y he ahí la justificación suficiente para no perderse los conciertos del martes 4 de septiembre en el Teatro 16 de Julio de La Paz, y del miércoles en el Sonilum de Santa Cruz.

Pero sobre todo, hay que ir a ver y oír a Drexler porque tiene una propuesta creativa innovadora y experimental, y porque garantiza un show de alta calidad, del que dio algunos detalles en una conversación con Página Siete, vía Skype.

- ¿Cómo van a ser los conciertos en La Paz y Santa Cruz?

- Esta gira no es de presentación de ningún disco, así que tengo mucha libertad de repertorio. Además, cada vez que toco por primera vez en un lugar suelen ser shows muy emotivos.

Mundo Abisal es una gira minimalista, muy centrada en la guitarra y la voz, aunque cuento con un percusionista y dos ingenieros de sonido que suben y que bajan del escenario. Es un show muy audiovisual, centrado en la escenografía y las luces que a la vez son mínimas pero muy teatrales, lo que se asienta en la relación entre oscuridad y fosforescencia, de ahí que dan la idea del mundo abisal.

- Va a tono, entonces, con tu tendencia a experimentar, innovar, a redefinirte en cada nuevo proyecto, me imagino que precisamente por eso no rehuiste al reto de filmar La suerte en tus manos, con Daniel Burman.

- Exacto. Me interesa toda la experiencia humana en su amplitud más grande: desde los trabajos manuales -me da mucha curiosidad cómo hacer una trenza-, hasta cómo funciona la física, o cómo se narra un guión y cómo se rueda una película.

Soy una persona muy curiosa, entonces cuando me propusieron hacer esa película, leí el guión y me di cuenta que estaba muy bien escrito -Burman es un excelente escritor más allá de ser un gran director-, le dije que sí y disfruté mucho.

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