domingo, 3 de julio de 2011

Adrián Dárgelos | Líder y vocalista: "Babasónicos en un disco de “barroquismo y tortura”

El Mercurio

"Es todo lo que tu perversa imaginación pueda percibir", dice Adrián ‘Dárgelos’ Rodríguez mientras observa entre sus manos una de las llamativas ediciones limitadas del último disco de Babasónicos, A propósito.
Lo abre, se lo pone sobre la cabeza, y entonces son dos orejas. Luego lo cierra, se detiene en la figura rosácea y curva, con una abertura negra en medio, y entonces podría ser una boca.
Un ejercicio de libre asociación que el recién publicado décimo álbum de la agrupación argentina promueve desde el envase del formato físico, pero que su líder y vocalista extiende a los distintos rincones sonoros y líricos de la producción. Todo se mueve en la forma actual del grupo, que con A propósito abre una seguidilla de nuevas experiencias. Es el primer disco en que no participó el fallecido Gabriel ‘Gabo’ Manelli.
La marca de ese torbellino definitivamente se percibe en este nuevo álbum, que pese a todas las vueltas conserva el sello inconfundible de Babasónicos.

-En cada disco la banda ha demostrado que está en movimiento, desde la sicodelia de los 90 al pop elegante de los 2000. ¿Dónde giran con A propósito?
- Nos movimos a una zona donde hay claroscuros, donde los matices son más fuertes. Se abarroca más, sale de la búsqueda de la simpleza, porque tal vez la simpleza máxima es Mucho. Todos los discos reaccionan al último, tratan de ser una discusión con tu última obra, y con la realidad que tengo en mi contemporaneidad. Si no son discos que hablan del presente y la coyuntura, no existen, no dicen nada. En ese aspecto, el disco descubre un montón de cosas. La poesía está expresada en la ausencia, porque dice cosas crudas, y esconde otras. Ese esconder te hace cómplice, como si fueras el protagonista o el sujeto de la canción. Descubrimos una forma nueva de hacer canciones.
-En tiempos de Mucho, tu hermano Diego anunció eso. Dijo que en el siguiente disco tendrían que encontrar una nueva manera de componer, ya que la que hasta entonces tuvieron sería inaplicable. ¿Cómo fue crear un disco, por primera vez sin Gabo?
- El otro disco lo hicimos con Gabo muriéndose, entonces no me podía detener a deprimirme, porque trabajaba y ensayaba con él. Yo siento que la vida no me aporta nada nuevo, no tendría ganas de volverla a vivir, pero la música me hizo pasar un tiempo mejor. En este disco yo ya no tenía esa carga emotiva. Tenía la vicisitud enorme de hacer un disco sin él. Me costó más tiempo de ensayo. Pero a la vez sentí que todo ese esfuerzo me hizo lograr un disco distinto, y expresa esos claroscuros, tiene un barroquismo y una tortura mayor. Me vengo del mundo por lo que me hizo.
-Los temas son distintos...
- Haytemas paradigmáticos en el disco que sientan la base de la estética general. Tormento termina con una coda que luego es un track oculto, Pulpito. Está hecho todo con batería eléctrica, el mismo sintetizador alemán que usaban Depeche Mode o New Order en la década del 80. Es una canción muy rara, pero a la vez es superpop. E ir de una letra a la otra, de uno que quiere estar solo, que da todo por ser gracioso, a otro que es un degenerado, que quiere ponerse un pulpo en la entrepierna. Hay una disociación genial. Nadie se animaría a poner una cosa tan asquerosa al lado de otra tan bella. Y muñeco de Haití muta de una parte como de DJ a otra, El sultán, y luego viene Jaula. Hasta dónde puede ir cambiando, manteniéndose en el mismo beat y estructura armónica. Estoy contento de que A propósito sorprenda. Yo no hubiera permitido que escuchen un disco que no sorprenda, trabajaría hasta la eternidad.

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