martes, 31 de mayo de 2011

Piraí Vaca, guitarrista y concertista boliviano, uno de los mejores del mundo.

El consagrado artista tiene planificado abrir la carrera de Música en Santa Cruz y Yacuiba, y dice que sobre el escenario sólo es un transmisor de un regalo que le ha dado el universo.

“El universo no te da una misión sin una oportunidad de cumplirla, y depende de tu palabra, pensamiento y acción.”

Edwin Conde Villarreal

Cambio

El guitarrista cruceño Piraí Vaca, con una lista interminable de títulos, premios y reconocimientos obtenidos en sus giras por varios escenarios de Estados Unidos, Europa y Asia, además de Sudamérica, decidió, después de 25 años, retornar a Bolivia por haber sentido el llamado que le hizo la Pachamama o Madre Tierra. “Es difícil explicar ese sentimiento que es muy profundo, para algunos puede parecer algo cursi, pero es un llamado que surgió hace tres años en mi vida”, dice el músico quien en una agradable conservación con CAMBIO reveló que entre sus proyectos está la apertura de la carrera de Música con especialidad en guitarra a nivel de licenciatura en la Universidad Gabriel René Moreno de Santa Cruz y la formación en Técnico Superior en la ciudad fronteriza de Yacuiba, donde ya se construye la infraestructura exclusiva para los futuros estudiantes. Su arte interpretativo con un gran virtuosismo, que fue elogiado por los críticos internacionales, es asumido por el mismo Piraí como la honra que le hace a un regalo que él ha recibido y del que se considera sólo un transmisor para el pueblo.

Dice que aún escucha rock y que es un rockero desde su juventud, tiene previsto armar una banda de pop, la que interpretará composiciones con su propia música y letra. Su gira por Bolivia se inicia con las magistrales presentaciones el 4 y 5 de junio a las 19.30 en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez de la hoyada paceña. Después continuará sus actuaciones en Cochabamba, Tarija, Samaipata, Mairana, la zona cruceña del Plan Tres Mil, Santa Cruz y Sucre, en un encuentro con su público después de un año.

—Regresas después de un año a Bolivia y nos regalas una gira en varias ciudades. ¿Cuál fue tu motivación principal?

—Este año regreso con fuerzas renovadas, el llamado de la Pachamama fue muy fuerte, por eso ya estoy viviendo en Bolivia después de 25 años que estuve en Estados Unidos, Cuba y Alemania, pero sentí en los últimos tres años la necesidad de estar aquí, es algo profundo y difícil de explicar. He sentido el llamado de la Pachamama esa frase encierra un significado muy profundo.

—¿Qué es de tu familia, tu esposa e hija?

—Me he separado de mi esposa y cuando estoy por Europa no pierdo la oportunidad de ver a mi hija Casiopea, es el nombre de una constelación, ya tiene cuatro años, ella es maravillosa, muy sensible e independiente a la vez. Estuvimos recorriendo no hace mucho los ríos del Beni.

—¿Qué sientes al vivir en Bolivia después de más de dos décadas?

—Siento que quiero enseñar. En Alemania tuve la oportunidad de hacerlo, pero me sentí traidor con mi pueblo y mira cómo son los sentimientos. Cada vez que hago una gira doy clases y unos cursos, pero no es suficiente, porque cada vez que veo a los muchachos que tienen ganas de aprender y sin una dirección, siento mucha desilusión, en ese momento estoy desolado, porque en Bolivia hay talento, pero falta una guía y una buena dirección.

—El talento que hay en el país ¿puede ser bien encaminado?

—Por supuesto, ya que con los tres alumnos a los que estuve dando clases, decidimos formar el Cuarteto de Fuego con el que nos presentaremos en una gira por Bolivia a partir de marzo de 2012. Los tres jóvenes guitarristas ganaron también varios premios en el Festival y Concurso de Guitarra de 2010.

—En tu gira por el país incluyes al barrio cruceño del Plan Tres Mil. ¿Cómo surgió la idea?

—Bueno, hace muchos años andaba por un barrio marginal cruceño y algunas personas me reconocieron, una gente muy humilde que fue muy cariñosa conmigo y eso me enseñó mucho, ésa fue la primera vez que pensé que esa gente jamás podrá acceder a un teatro, a un concierto, y esta es la forma de expresar mi agradecimiento con esas personas. La segunda vez de mi aproximación al pueblo fue cuando en Alemania revisaba la prensa boliviana y pude leer sobre un joven de la calle que se recuperó de las drogas, tomé contacto con él y organizamos un concierto junto con otros chicos de las calles, ellos también tocaron con su grupo en un concierto que se dividió en dos partes.

—También incluyes en tu gira poblaciones como Samaipata y Mairana. ¿Cuál fue la razón?

—Me llamaron para tocar en Samaipata, y en Mairana se enteraron y también fui invitado. Hace años también he tocado en la ciudad combativa de El Alto, eso me fortalece.

—Luego del llamado de la Pachamama ¿cuál crees que es el mensaje?

—Primero, estoy convencido de que es un sentimiento que no puedo explicar, porque son los sentimientos más profundos del corazón y del alma, por eso ya estoy aquí. Lo otro es la razón lógica que tengo de querer enseñar, me gusta el calor y el frío, y sobre todo quiero estar con mis padres que son mi familia.

—¿Existen planes al estar en Bolivia, cuáles son?

—Si los hay, ya hay varios planes también en Latinoamérica, desde al año pasado me llaman para tocar en Colombia, Ecuador y Paraguay, países en los que no había actuado aún. De otros países de la región, varios muchachos me manifestaron sus deseos de estudiar conmigo, el problema de ellos de venir al país es que necesitan un “techo académico” que de alguna manera los va a proteger, no sé si eso es verdad o no, soy muy susceptible con todo lo que es académico. Estoy planeando abrir la carrera de licenciatura en Música con especialidad en guitarra en la Universidad Gabriel René Moreno, ya tuvimos conversaciones con las autoridades universitarias. El curso durará cinco años, como el curso que hice en La Habana. El otro proyecto es crear una formación de Técnico Superior en Guitarra en la ciudad de Yacuiba, donde ya se construye una infraestructura sólo para los estudiantes.

—¿Cómo describes el carisma que tienes sobre el escenario?

—Es que no soy yo, soy sólo una vía, creo que soy simplemente una expresión de la naturaleza como lo somos todos. Al tocar, estoy honrando un regalo que se me ha dado para expresarlo a todos. Para los cristianos será un regalo de Dios, para los musulmanes será de Alá, o de la Pachamama, pero siento que ofrezco algo que se me ha regalado desde el universo para compartirlo con mi pueblo de Bolivia y del mundo.

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