domingo, 9 de mayo de 2010

Ricardo Arjona . Se muere por regresar

Según Ricardo Arjona, nunca antes alguien lo había entrevistado en su camerino con una fisioterapeuta masajeando su tobillo lastimado en un partido de fútbol. ¿O sea que no fue una metida de pata?, le pregunté. Él riendo respondió: “Esta vez no, al menos no una mala metida de pata, porque ganamos. Siempre jugamos con mi staff, pero hoy fue un día especial: hubo un fracturado del dedo, yo con esto, ¡una cosa tremenda!”.


Mientras el guatemalteco recibía atención médica, alrededor de 17.000 personas lo aguardaban en las graderías y cancha del gigantesco domo Movistar Arena, en la capital chilena.


- Este concierto fue el que suspendiste por el terremoto, tras tu actuación en Viña del Mar, ¿cómo fue esa experiencia?
- Definitivamente es algo que marca, se quedan tatuadas para siempre en uno. A mí me había tocado vivir un terremoto así en Guatemala, uno muy devastador; pero la rudeza del de Chile me hizo pensar en las cosas que han pasado en mi vida y uno termina agradeciendo por la nueva oportunidad brindada, porque se nos permite seguir haciendo lo que nos gusta.


- Imagino que por muchas razones esta gira, 5to piso, es muy especial para vos...


- La verdad que sí. Nosotros estamos prácticamente en el último coletazo de la gira, somos gente que ya sabemos de qué se trata esto. Es un show que hemos podido vibrar por más de un año, cuando lo empezamos en España, y pese a todo ese tiempo yo me la paso muy bien sobre el escenario. Te cuento que la producción es la más grande que he tenido a lo largo de mi carrera. Creo que eso la gente lo nota.
Y así es, el público lo nota. Apenas aparece el cantante en el pintoresco escenario con forma de barrio, grita sin parar y canta con él sus temas nuevos y también los viejos, los que por sus ventas le han valido varios discos de platino y hasta dos de diamante, sin contar los galardones. De hecho, en Viña, la noche del sismo (27 de febrero) ganó una antorcha de plata, otra de oro y dos gaviotas de plata.
Vestido de negro, sin vestigios de su cojera de unos minutos antes, Arjona recorre el sitio, mientras su rostro y miles de imágenes se exhiben en cuatro pantallas de led.


La televisión chilena destacó el público variado del artista. Mujeres de todas las edades llenaron el domo las dos noches que se presentó en Santiago (el domingo 2 y el lunes 3). Curiosamente, cuando llegó al país la tierra volvió a temblar, pero Arjona sabía que tenía que cantar.
Dos años escribiendo y diez meses de producción le llevó a Ricardo Arjona preparar el decimocuarto trabajo de su carrera. La placa 5to Piso tiene como hilo conductor a un cronista que observa a una bailarina vecina, a la gente que vive de rutina, a la soledad propia y ajena, a los amantes, a la mujer que se convierte en pesadilla y a la desdicha de extrañar a quien ya no está. Quizá alguien esté pensando en que todo esto ya es figurita repetida del cantante, pero a quién le importa. En Santiago nadie le reclamó nada.


- ¿Y por qué 5to Piso, por qué no un tercero o séptimo?
- No sé por qué razón yo me ubiqué ahí. Lo cierto es que yo escribía la canción: “Y sigo aquí tocando fondo, desde mi país que este quinto piso...”, y aparecía el quinto piso; entonces me di cuenta de que yo vivía en un lugar así, en donde podía observar el mundo y el mundo me observaba a mí.


- Siempre he pensado que sos un tanto raro, pero jamás pensé que fueras a cantar con Paquita la del Barrio...
- (Risas) Fue una experiencia fantástica. Ni tú ni yo es una canción que escribí y que quería que sea auténtica; Paquita le daba la dosis arrabalera que necesitaba y fue un placer trabajar con ella porque es una mujer muy franca, abierta, tiene muy claro lo que quiere. Fue divertido cantarla con ella.


- ¿Qué vas a llevar a Bolivia?
- En Bolivia cierro la gira como lo he hecho en la anterior ocasión (2007). Cerrar el show allá el 18 (de junio) será motivo de fiesta, una celebración que es posible que armemos allá, porque esto hay que celebrarlo; ha sido mucho trabajo. Te cuento que no he podido ir a tu país como he querido hacerlo; por ejemplo, a Cochabamba me hubiese gustado volver, al igual que a La Paz, ¡me encanta esa ciudad! No le tengo miedo a la altura; los tanques de oxígeno que me pusieron para el show no los usé. Tengo en mi mente el recuerdo de estar bajando por la carretera a esa ciudad fantástica.
- Sé que tu próximo disco está casi listo...
- Es un disco que está completamente cocinado. Todavía no sé cómo se llamará, pero lo estoy imaginando.
- ¿Qué nos ofrecerás en él?
- Soy bien supersticioso. Cuando esté completamente listo podré decir de qué se trata. Lo que sí te puedo adelantar es que son canciones poco vestidas, que no están llenas de tantos instrumentos, entonces la pureza del texto sale a relucir. En él han trabajado músicos extraordinarios. A mí me tiene muy contento, es un disco muy de cantautor, yo sé que dará mucho que hablar.


- ¿Y en qué tiempo lo hiciste?
- ¡En medio de la gira! Cuando llego a mi casa en México aprovecho el tiempo que tengo. Es un disco grabado entre esa ciudad, Los Ángeles y Nashville, y estoy muy orgulloso de él.


Durante dos horas Ricardo Arjona correteó por el escenario, con sus músicos situados en diferentes niveles, bajando en ciertos momentos para tocar a su lado, junto a la barbería El Peluco, ‘sentados’ en un taxi y en un bar que ofrecía dos cervezas por el precio de una. Fueron 28 canciones llenas de romanticismo, críticas y reflexiones. Hubo una en la que intentó que la gente juegue al karaoke, pero al escuchar desentonos decidió darles una mano. “Mejor lo hacemos todos juntos”, les dijo. Y no fue la única vez que quiso unirse a los chilenos. En la mañana de ese día había donado $us 50.000 a la Teletón (fundación benéfica) y en la anterior destinó $us 100.000 para la reconstrucción de una guardería que fue arrasada por el tsunami que borró del mapa decenas de casas y edificios de la localidad costera de Dichato, a unos 500 kilómetros al sur de Santiago. “Le debo mucho a Chile; es lo menos que puedo hacer”, dijo.
- ¿Puedo escribir en Bolivia que ‘te mueres por regresar’?
- (Risas) Sí, claro. En Bolivia me han tratado muy bien, es un lugar donde me gusta estar.



- Infancia. Nació en el municipio de Jocotenango, del departamento de Sacatepéquez (Guatemala). Su familia se trasladó a la Ciudad de Guatemala cuando tenía tres años. Allí vivió su infancia e comenzó sus estudios académicos.

- Inicios. A los 21 años, tuvo la oportunidad de grabar su primer disco que se conocería bajo el título de Déjame decir que te amo. Esta grabación no resultó de su agrado, lo que lo llevó a dejar el mundo de la música. Después de esto, durante algunos años orientó su vida a la realización de diversas actividades, una de ellas, impartir clases en una escuela.

- Pasatiempos. Ricardo ha sido un gran deportista con habilidad de sobresalir en varios deportes. Sin embargo el básquet fue su pasión.

- Internacionalización. Su placa musical Jesús, verbo no sustantivo significa su consolidación definitiva como compositor y cantante. El éxito de las ventas que consigue ese álbum lo convierten en el más vendido de la historia en algunos países de Centroamérica.

- Fama. Entre 1992 y 1993, Ricardo financia un nuevo disco que sería el que lo llevaría a la fama: Animal Nocturno. Así, de a poco, fue progresando con discos como, Historias, Si el norte fuera el sur, entre otros.

- Sentimiento. En Buenos Aires (Argentina), conoció a Leslie Torres, con quien tuvo dos hijos: Adria (18) y Richard (16). En 2005 se separaron.

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